Las reuniones con ellos nos resultaban comodísimas, no había reloj. Disfrutábamos de sus ideas, ilusiones y permanente sonrisa.
Muy familiares, confiaron plenamente en nuestro equipo para todo lo relativo a su boda y sus preparativos.
Trabajando los dos fuera de Donostia, dejaron que nos ocupásemos de la organización y coordinación, y confiaron en nuestro asesoramiento de proveedores. Cuando venían de visita realizábamos una reunión, ¡y aquello era una revolución! Lluvia de ideas, ganas de participar, de saber, de energía positiva.
Slim, francés, quería mostrar la ciudad de Carla a su familia. De ahí que la ceremonia fuese en el Ayuntamiento de Donostia y el banquete y fiesta en el Bokado de Mikel Santamaría. Recorrieron en un día nuestra bonita ciudad y, por ello y para ellos, diseñamos el seating plan y los centros de mesa. Les sorprendimos con un elegante resumen de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Todo un placer el recorrido vivido con ellos y verles tan felices y radiantes aquel viernes de septiembre.